Está en marcha la huelga general, proclamada por dos de las centrales gremiales italianas, la CGIL y la UIL, para pedir cambios en el presupuesto, aumentar los salarios y las pensiones, financiar la sanidad, la educación, los servicios públicos e invertir en políticas industriales.
Una paro de 8 horas para todos los sectores privados y públicos, a excepción del transporte, que es de 4 horas: para autobuses y metro de 9 a 13 horas, así como para el transporte marítimo, para vuelos de 10 a 14 horas, sin que se sumen los trenes.
La huelga es acompañada por una movilización que se desarrolla en 43 ciudades de todo el territorio nacional, llamada a contrarrestar «las decisiones injustas y equivocadas del gobierno».
«Queremos dar la vuelta a este país como un guante, y para ello necesitamos la participación de todas las personas», dijo el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, durante la marcha en Bolonia.
«La rebelión social, para nosotros, significa precisamente decir que cada uno de nosotros no debe dar la espalda ante las injusticias, al contrario, debemos hacernos la idea de que mi problema es el problema de todos y que sólo trabajando juntos podemos cambiar esta situación», añadió el sindicalista.
Es un día de movilización como no habíamos visto en mucho tiempo.
Hoy comienza un proceso de movilización para darle la vuelta a este país como un guante», subrayó.
Landini adviertió que «hay un intento explícito de cuestionar este derecho a la huelga.
Entre otras cosas, se está discutiendo en el Parlamento un decreto, que se llama decreto de seguridad, y pedimos que se retire, que busca hacerlo un crimen la huelga, los cortes de carreteras, la ocupación de las fábricas cuando cierran».
«Está claro que estamos ante un serio intento de giro autoritario que pone en cuestión la libertad de existir y la libertad de las personas», destacó.
Por su parte, Pierpaolo Bombardieri, el líder de la UIL, que participó de la marcha de Nápoles, denunció «los peores salarios de Italia: este es uno de los temas principales de la huelga de hoy».
«Estamos en la calle por los salarios, el tema económico, la gente normal que vive de un salario, que vive de pensiones, tiene dificultades para llegar a fin de mes. Este debe ser un problema central en el enfrentamiento con el gobierno».
«Creo que el gobierno, frente a 40 plazas llenas hoy, tal vez debería hacer una reflexión. No con respecto a Landini y Bombardieri, sino con respecto a los miles, decenas, cientos de miles de personas. que hoy están en las calles pidiendo cambios», dijo el secretario general de la UIL.
Miles de manifestantes participaron de las marchas en las principales ciudades, algunas de las cuales criticaron también el apoyo del gobierno de la premier Giorgia Meloni a Israel. © ANSA