París, (EFE).- Tras la amplia victoria de la ultraderecha lepenista del domingo, el ‘cordón sanitario’ que ha servido para frenarla en anteriores segundas vueltas se debilita por las condiciones que parte del macronismo pone para apoyar a candidatos izquierdistas en la definitiva cita electoral del 7 de julio.
“Ni un voto ha de ir a la extrema derecha”. El mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron, se ha interpretado de manera diferente en su propio campo, cuya consigna de voto se antoja decisiva para evitar que la ultra Agrupación Nacional (RN) forme gobierno apoyado por una mayoría absoluta en la Cámara Baja.
Macron, que ya había dado esa consigna el domingo, pero con matices, ha intentado ser más explícito este lunes, en un mensaje publicado por los medios locales. “No debemos olvidar de que en (en las presidenciales) de 2017 y en 2022, la izquierda llevó ese mensaje (contra la extrema derecha). Sin ellos (los progresistas), yo no estaría aquí”.´
Sistema electoral a dos vueltas
El sistema electoral francés, que funciona a dos vueltas y que permite clasificarse a la definitiva ronda a las listas que tengan al menos de un 12,5 % los votos del total de inscritos de una participación, genera un auténtico rompecabezas político.
En torno a 300 duelos triangulares, que normalmente enfrentan al RN, con la coalición de izquierda Frente Popular y la coalición macronista, serán decisivos para saber si la formación de Le Pen alcanzará los 289 diputados que dan la mayoría absoluta y que serviría para imponer a Macron una cohabitación con Jordan Bardella como primer ministro.
Por ello, los cuarteles generales de los partidos han empezado a echar cuentas. El Frente Popular, que incluye a la contestataria La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), los Verdes y los Comunistas, anunció que retirará a sus candidatos peor colocados que permitan la victoria de otra fuerza que no sea el RN.
Sin embargo, la consigna de Macron, secundada por el primer ministro saliente, Gabriel Attal, no ha calado del todo entre sus propios rangos y sus aliados, especialmente entre los dirigentes salidos de los conservadores Los Republicanos (LR).
El número dos del Gobierno, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, pidió a los electores del centro y centro-derecha que voten “por un candidato socialdemócrata, comunista o de los verdes”, pero no por uno del LFI de Jean-Luc Mélenchon, partido al que no considera del arco republicano por sus críticas a Israel y sus invectivas contra la policía.
Édouard Philippe, primer ministro entre 2017 y 2020, dio la misma consigna para los miembros de su pequeño partido Horizontes, aliado con Macron, y les pidió que hagan el distingo si en su circunscripción hay un aspirante finalista del LFI -lo que sucede en varias de ellas pues es la fuerza más representada en el Frente Popular-.
Sobre el terreno, esa cacofonía se ha plasmado en ciertos polémicas decisiones. La ministra delegada de Colectividades y Vida Rural, Dominique Faure, anunció que no se retira de la carrera, porque no quiere dejar a sus votantes la opción de pronunciarse entre el RN o LFI, a pesar de que el candidato de izquierda en sus circunscripción es socialista.
La derecha conservadora no da consignas
Los Republicanos (LR), la clásica derecha conservadora que acaba de escindirse por el acuerdo que su presidente, Éric Ciotti, con el RN, obtuvo unos resultados mejores a los esperados, llegando a 20 circunscripciones en cabeza.
El LR descartó dar consignas de votos a su electores y les dejó escoger “en libre conciencia”, debilitando, en la práctica, el ‘cordón sanitario’ que tuvo su apogeo en 2002 cuando la izquierda votó en las presidenciales al conservador Jacques Chirac ‘con una pinza en la nariz’ para frenar a Jean-Marie Le Pen, padre de Marine y condenado por antisemitismo y racismo.
Además, el LR, el partido heredero del gaullismo podría tener la llave de la gobernabilidad en Francia en caso de que el RN se quede cerca de los 289 escaños.
Por ello, Jordan Bardella, el aspirante ultraderechista a primer ministro, avanzó hoy que estudian un acercamiento estratégico al LR para ayudarle a lograr más diputados. “Vamos a estudiar cada circunscripción caso por caso”, dijo a la entrada de una reunión de la Comisión Ejecutiva de su partido.
Por su parte, los mercados financieros reaccionaron con cierto optimismo a la victoria del RN, con una subida de algo más del 1 % de la Bolsa y con una caída de la penalización de la deuda francesa y del diferencial respecto a las obligaciones alemanas -consideradas las más seguras de la zona euro. © EFE.