El cónclave eligió este jueves, 8 de mayo, al cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa. El prelado estadounidense, de 69 años, escogió el nombre de León XIV, evocando al papa León XIII, una figura asociada al compromiso social y a la apertura diplomática en la historia reciente de la Iglesia.
Monseñor Robert Francis Prevost, O.S.A. nació el 14 de Setiembre de 1955 en Chicago, Illinois (EE.UU.). Su padre, Louis Marius Prevost, es de ascendencia francesa e italiana, y su madre, Mildred Martínez, es de ascendencia española. Tiene dos hermanos, Louis Martín y John Joseph.
Infancia
Su infancia y adolescencia transcurrió con los suyos. Los inicios de su juventud se desarrollaron en el campus universitario, pues desde los 18 hasta los 22 años estudió en Villanova University-Pennsylvania, llegando a obtener el Bachellor’s Degree en Matemática (1977), además de una especialización en Philosophy (1977). El 1º de Setiembre de ese mismo año ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (O.S.A.), en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Saint Louis. El 29 de agosto de 1981 profesó los votos solemnes. Durante aquellos años estudió en la Catholic Theological Unión-Chicago, llegando a graduarse con el título del «Master of Divinity, (en Teología) con mención en Misión Intercultural» (1982).
Estudios
A sus 27 años fue enviado por la Orden a Roma para estudiar Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (el «Angelicum«). En la Ciudad Eterna recibió la ordenación sacerdotal de manos de monseñor Jean Jadot, presidente del Consejo Pontificio para los no cristianos, el 19 de junio de 1982. Obtuvo la Licenciatura en 1984, y continuó con la preparación de la tesis doctoral, cuando fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas, en Piura-Perú (1985-1986), siendo vicepárroco de la catedral «Sagrada Familia» y canciller. La diócesis de Chulucanas, erigida el 8-VI-1989, comenzó como prelatura el 4 de marzo de 1965, para ser atendida por los padres agustinos norteamericanos de la Provincia de Chicago.
En 1987 obtuvo el grado de Doctor con la tesis: «El Rol del Prior Local de la Orden de San Agustín», recibiendo la calificación de Magna Cum Laude.
En ese mismo año fue elegido director de vocaciones y director de misiones de la Provincia agustiniana «Madre del Buen Consejo» en Olympia Fields, Illinois (USA); además se dedicó a conseguir fondos económicos para las misiones de su provincia, en especial para la misión de Chulucanas. En 1988 fue enviado a la misión de Trujillo para ser el director del proyecto de formación común de los aspirantes agustinos de los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí se desempeñó como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la arquidiócesis de Trujillo prestó servicio como vicario judicial (1989-1998), profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor «San Carlos y San Marcelo»; también ejerció como director de Estudios del mencionado Centro de Formación Sacerdotal, y fue rector encargado durante un año. Junto con estas labores académicas y espirituales; párroco fundador en la Parroquia de «Nuestra Señora Madre de la Iglesia», hoy parroquia «Santa Rita» (1988-1999) y administrador parroquial de «Nuestra Señora de Monserrat» (1992-1999).
Tras estos largos 11 años en Trujillo, regresó a los Estados Unidos porque fue elegido (en 1999) prior provincial de su Provincia «Madre del Buen Consejo» (Chicago). Después de dos años y medio, el capítulo general ordinario lo eligió como prior general, ministerio que la Orden le volvió a confiar en el Capítulo General Ordinario de 2007. De esta manera, durante dos sexenios, fue responsable de los procesos de planificación y dirección de la orden agustina a nivel mundial, por lo que tuvo que viajar por diferentes países para participar en todos los capítulos de las Provincias y Vicariatos. Además, fue moderador del Instituto «Augustinianum» y responsable de las relaciones de su Orden con los dicasterios vaticanos. En estos años, monseñor Roberto también se había convertido en un políglota, pues habla el inglés, español, italiano, francés, portugués; y lee el latín y el alemán.
Nombramiento como obispo y cargos en la Curia Vaticana
En Octubre de 2013 regresó a su Provincia (Chicago) para ser maestro de profesos y vicario provincial; cargos que desempeñó hasta que el Papa Francisco lo nombró el 3 de noviembre de 2014 administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo (Perú), elevándolo a la dignidad episcopal como obispo titular de Sufar. El 7 de noviembre tomó posesión canónica de la diócesis ante la presencia del nuncio apostólico, monseñor James Patrick Green y del Colegio de Consultores. Y fue ordenado obispo el 12 de diciembre, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de su diócesis. Es obispo de Chiclayo desde el 26 de Septiembre de 2015.
Nombrado por el papa Francisco, miembro de la Congregación para el Clero en 2019. Nombrado por el Papa Francisco, el 21 de noviembre de 2020, miembro de la Congregación de Obispos. Reelegido segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana en 2022.
El 30 de enero del 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio de los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina (CAL).
Creado cardenal en 2023
Prevost fue creado cardenal por el Papa Francisco en el Consistorio de cardenales del 30 de septiembre del 2023.
Las frases más sobresalientes del Papa León XIV
«¡La paz sea con todos ustedes!«, estas fueron las primeras palabras del cardenal Robert Francis Prevost, a partir de este Jueves 08 de Mayo el 267º Papa de la historia de la Iglesia, el primer pontífice estadounidense.
«Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que dio su vida por el rebaño de Dios», dijo el papa León XIV, nombre elegido por el religioso agustino para su pontificado.
«Yo también quisiera que este saludo de paz llegara a sus corazones, a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos y a cada tierra marcada por la guerra», expresó el Santo Padre.
«¡La paz sea con ustedes! Esta es la paz de Cristo, una paz desarmada, desarmante, humilde y también perseverante. Que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. «Aún guardamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco, quien bendecía Roma», recordó su predecesor.
«El Papa que bendijo Roma y dio su bendición al mundo entero aquella mañana de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos ama, Dios los ama a todos y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos, de la mano de Dios y entre nosotros, avancemos. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz, la humanidad lo necesita como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayudémonos también los unos a los otros a construir puentes, con el diálogo, el encuentro, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo, siempre en paz».
Primer discurso de León XIV: La paz sea con todos ustedes
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios.
También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra.
Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmante y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma.
El Papa que bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.
Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.
Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
Soy un hijo de San Agustín, agustino, que ha dicho: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo». En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
A la Iglesia de Roma, un saludo especial.
Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. A todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor.
Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren.
Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre