Por Luis Lorenzo. Desde siempre se supo que los partidos de Copa Libertadores, sobretodo sí es un Boca-River, es como la partida de Ajedrez: pensante, de táctica, de juego cerrado, ordenar bien las piezas (o los jugadores), y lo más importante de todo, es el mínimo margen de error. Una jugada mal hecha, significaría fatal.
Eso precisamente le ocurrió a Boca en este partido tan importante, como para Gallardo, que seguía con la espina en el ojo, luego de la derrota del domingo.
Arruabarrena decidió poner de entrada a los autores de los goles en la Bombonera: ¿táctica de porcentaje?. Error. No rindieron, y no estaban aptos para un partido de esta talla.
Con un Osvaldo en el banco, el Xeneize lo pasó realmente mal. Luego de un espejismo de la realidad, el “Millo” se le acercó, dominando los 3/4 de cancha con un doble cinco como Ponzio y Kranevitter.
Mientras tanto, Boca siguió pecando de ingenuidad y un Cata Díaz que se iba lesionado en un hombro. Luego, le siguieron la inexperiencia de Pavón y Pérez, desorbitados y metidos en otro juego: ésto provocó que River aprovechara esas situaciones, pero no del todos, a falta de puntería.
Con el correr de los minutos, se hizo más trabado, y muy peleado con alguna patada de por medio, y un Delfino que fué un tanto vulnerable para ambos, lo cobraba.
En el segundo tiempo se vió un Boca distinto de lo que había sido el primero: lo tuvo Calleri en apenas 35 segundos, en la que tuvo un mano a mano con Barovero. El 1 de River, mostró solidez y seguridad ante las llegadas de peligro.
Gallardo hizo lo correcto y puso en cancha a Martínez para desnivelar y crear espacios de juego ante un Boca que no hacia variantes, y se conformaba con cuidar el resultado.
A 10 del final se vino un error de Gago que entregaba un pase por el medio. River aprovechó con Kranevitter pasando al ataque. Marin, no pudo contener su avance, y pone el pie: penal.
Carlos Sánchez, con mucha tranquilidad transformó el penal, en gol. Un 1-0 que sí bien no era justo, el margen de error táctico, lo benefició.
Ahí el “Vasco” se acordó de realizar un cambio. Era inevitable, porque River se llevó el partido de ida de los octavos de final.
El jueves se define todo. Allí lo espera una Bombonera que ha visto en otras noches coperas, a un Boca fuerte, de temer, y con la convicción de que River jugará “de contra”, “colgándose del arco”.
River se quedó con el segundo capitulo.
Continuará…
RIVER PLATE (ARGENTINA) (1): Marcelo Barovero; Emanuel Mammana, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Matias Kranevitter, Leonardo Ponzio, Carlos Sánchez; Sebastián Driussi, Rodrigo Mora, Teófilo Gutiérrez.
DT: Marcelo Gallardo.
BOCA JUNIORS (ARGENTINA) (0): Agustín Orión; Leandro Marin, Daniel Díaz, Marco Torsiglieri, Nicolás Colazo; Fernando Gago, Andrés Cubas, Pablo Pérez; Cristian Pavón, Nicolás Lodeiro, Jonathan Calleri.
DT: Rodolfo Arruabarrena.
GOL: 35′ ST Sánchez (de penal -River-).
CAMBIOS: Gonzalo Martínez x Driussi, Camilo Mayada x Ponzio (River).
Guillermo Burdisso x Díaz, Federico Carrizo x Pavón, Daniel Osvaldo x Calleri (Boca).
AMONESTADOS: Vangioni, Funes Mori, Sánchez, Ponzio y Barovero (River).
Cubas y Burdisso (Boca).
INCIDENCIA: Expulsado Teo Gutiérrez (River), por roja directa (jugada brusca).
ESTADIO: Antonio Vespucio Liberti, “Él Monumental” (mala).
ÁRBITRO: Germán Delfino (3,5): no fué de lo mejor su actuación. Hubo jugadores que debieron ser expulsados de manera directa, y no Teo Gutiérrez. Sin embargo, sancionó correctamente el penal.
CALIFICACIÓN DEL PARTIDO: 5,5.