Los cambios hormonales en la mujer originados por su entrada en la edad menopáusica, hacia los 50 años, provocan un aumento sustancial en el nivel del colesterol LDL en sangre, conocido como colesterol malo, de hasta un 15 % respecto a los valores medios de su etapa fértil
La menopausia está asociada a un aumento de entre el 10 % y el 15 % del LDL (lipoproteínas de baja densidad) porque en ese periodo la mujer pierde la protección natural que le confieren los estrógenos; de hecho, el 77,6 % de las mayores de 65 años tiene hipercolesterolemia.
“Esta situación estrogénica, sobre todo cuando se suma a malos hábitos de vida como el sedentarismo, el sobrepeso y el tabaquismo, junto al estrés, puede iniciar la cuenta atrás de una bomba de relojería en el cuerpo femenino”, indica el Dr. Carlos Macaya Miguel.
Y como cardiólogo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC) y del Hospital Clínico San Carlos, además de catedrático emérito en la Facultad de Medicina de la UCM, subraya un dato: “En el año 2021 murieron 63.000 mujeres por enfermedad cardiovascular en España”.
Fallecieron 7.000 más si la cifra se compara con las 56.000 muertes cardiovasculares en el género masculino. De hecho, murió una mujer cada ocho minutos.
El colesterol LDL, el malo malísimo del sistema cardiovascular
Uno de cada dos adultos en España tiene colesterol alto, un factor de riesgo cardiovascular que impacta tanto en el hombre como en la mujer; sin embargo, a partir de los 50 años, en ellas se incrementa notablemente el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.
“Sube su nivel de colesterol, empiezan a engordar, siendo más sedentarias que los hombres, y todo eso acrecienta el riesgo en su salud general, especialmente en el ámbito cardíaco y vascular”, recalca el cardiólogo.
“Y cuando hablamos del corazón nos referimos fundamentalmente a las arterias coronarias y a la hipertensión arterial que descabala todo el sistema vascular”, menciona.
La mujer desarrolla enfermedad aterosclerótica de una forma más acelerada, ocasionando angina de pecho e infarto agudo de miocardio; también, los ictus, los derrames cerebrales y la afectación vascular periférica.

Este proceso no sucede repentinamente, sino a lo largo del tiempo; motivo por el cual las medidas preventivas hay que tomarlas antes para evitar que ese riesgo, que empieza siendo bajo, acabe mayúsculo en la década de los setenta.
“Las mujeres suelen tener el colesterol muy bajo hasta bien entrados los cuarenta, en concreto el colesterol LDL, el malo; incluso el colesterol HDL, el bueno, de alta densidad, lo tienen más alto de lo normal. Y esto es debido a sus hormonas”, destaca el cardiólogo.
Su sistema hormonal ayuda a depurar y eliminar el colesterol malo y, a su vez, hace que aumente la síntesis del colesterol bueno. Todo eso tiene un efecto protector, de escudo, frente a las enfermedades de las arterias coronarias en la mujer.
A partir de la menopausia los niveles de estrógenos disminuyen y, entonces, es prioritario aumentar las medidas de prevención, que se deben haber establecido ya en la etapa de la fertilidad: dieta alimenticia sana, ejercicio físico diario, no fumar, no beber y alejarse del estrés innecesario.
“Los hábitos adquiridos por la mujer en los últimos 30 ó 40 años, como fumar, unido a una vida laboral intensa fuera del hogar familiar, añaden, sin duda, una serie de factores de riesgo cardiovascular que antes eran patrimonio casi exclusivo del sexo masculino”, expone. © EFE.