Para el 30% de los italianos se trata de una verdadera manía por los helados, pero el consumo aumentará de aquí a 2027, especialmente en las casas, más que en las heladerías.
Sobresale la seguridad alimentaria, la variedad de formatos disponibles y de conservación, el bajo precio y la facilidad para encontrar información sobre los ingredientes, incluidos alérgenos y valores nutricionales.
Así se desprende de un estudio de AstraRicerche para el Instituto Italiano del Helado, después de que en 2023 se produjeron casi 170.000 toneladas de helado envasado, por un valor de casi 1.900 millones de euros, con 2,14 kg per cápita.
La pasión italiana por el helado ha crecido significativamente en los últimos 5 años, con un 23,2% de los entrevistados creyendo que ha aumentado su consumo de productos envasados, con picos del 36% para los hombres de entre 18 y 34 años.
Un consumo que en el imaginario común se asocia a las vacaciones, el 54% al verano y el calor, el 33% a momentos de despreocupación, el 25% al ;;mar.
Dos tercios de los entrevistados, de hecho, declaran consumir al menos 1 por semana, el 40,7% tres o más.
De hecho, el helado envasado es mayoritariamente consumido en casa (70,8%), especialmente por las mujeres mayores de 45 años pertenecientes al cluster «helado divertido como el abrazo».
Los ganadores son las tarrinas (71%), recipiente pequeños, generalmente plásticos, seguidos del helado de galleta (63%), las tartas heladas (58%), los helados en palito (tamaño normal 56% y mini 51%), mini cucuruchos (45%) y barras de helado (45%).
Entre las novedades que llegarán para el verano de 2024, se destacan las tarrinas de helado que reproducen el sabor de las galletas de desayuno más populares, mientras que las barritas tendrán sabores exóticos, como dátiles y caramelo, pero también coco, mango, caramelo salado, mantequilla de maní o nueces pecanas. © ANSA