Al menos 158 personas fallecieron a causa de las lluvias torrenciales caídas desde el martes, que se cebaron con la región de Valencia, las peores registradas en el país en este siglo, según la última cifra provisional ofrecida hoy por fuentes del gobierno.
El país, que hoy vive su primer día de luto oficial de los tres decretados, sigue conmocionado por la tragedia.
La catástrofe podría convertirse en el desastre natural más costoso de la historia del país, según las compañías aseguradoras.
En Castellón (región de Valencia) sigue lloviendo con fuerza, con acumulados superiores a 100 litros por metro cuadrado en pocas horas, y las autoridades pidieron a la población que se quede en sus casas.
Imágenes muestran cómo en Castellón los ríos van al límite de su capacidad, muchas empresas enviaron a sus trabajadores a sus casas y las clases fueron suspendidas en los colegios de numerosos municipios.
Mientras, las tareas de búsqueda de los desaparecidos, desescombro y rescate continúan en las zonas afectadas de Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Se buscan desaparecidos, especialmente en los garajes.
En uno de ellos de La Torre (Valencia) fueron encontrados los cadáveres de siete personas, entre ellos el de un policía local.
Al parecer intentaban sacar sus vehículos cuando comenzaron las fuertes lluvias.
El gobierno apoyará «por tierra, mar y aire el tiempo que haga falta para encontrar a todas las personas desaparecidas», dijo hoy el premier, el socialista Pedro Sánchez, en Valencia.
El líder de la oposición, Alberto Nuñez Feijóo (PP), también de visita en Valencia, reprochó a Sánchez no haberle informado «de nada» respecto a la tragedia y dijo que «en una emergencia nacional, además de humanidad se necesita colaboración».
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) envió una alerta roja el martes por la mañana, pero las alertas al conjunto de la población a través de mensajes de celular, que corresponde al gobierno regional de Valencia (en manos del Partido Popular), no llegaron hasta las 8 de la tarde locales, cuando la situación ya era trágica en las comarcas más afectadas.
La tardanza de esta alerta recibió críticas.
El rey, Felipe VI, lanzó un llamado a «permanecer unidos en el apoyo y la ayuda» a los afectados por el temporal».
El monarca reconoció la labor de los servicios de emergencias «en una operación sin precedentes, también en un desastre sin precedentes».
El rey puso además a la Guardia Real y a su equipo de seguridad a disposición del gobierno para que colaboren en las zonas afectadas por las lluvias, informó el Palacio de La Zarzuela.
En el dispositivo participan un millar de militares de la Unidad Militar de Emergencias junto con 750 agentes de la Guardia Civil. ©ANSA