(ANSA) – ROMA 14 FEB – El nuevo gobierno italiano, con el premier Mario Draghi al frente, tiene decidido no aliviar las restricciones frente a la pandemia de Covid-19, debido a la propagación cada vez más extendida de sus distintas cepas.
En ese sentido, se dispuso la aceleración de la campaña de vacunación, sin dejar de estar bien anclados en Europa.
En esta nueva etapa política, el país aborda la emergencia sanitaria con varios puntos fijos y algunas incógnitas, la primera de ellas relacionada con la provisión de medicamentos.
Si bien el tema no se abordó directamente en el primer consejo de ministros se trató al margen y será una de las primeras cuestiones que deberá enfrentar el ejecutivo.
Lo ratificó el primer ministro, como lo había hecho ya en su primer y, hasta ahora, su único discurso público.
«Nos dijo que la prioridad es el plan de vacunación y que todavía debemos hacer frente e la emergencia sanitaria», explicó a la prensa la ministra de Discapacidad, Erika Stefani.
Cómo se llevará a cabo lo explicará probablemente Draghi en el discurso para obtener el voto de confianza en el Parlamento.
Pero la confirmación de Roberto Speranza como ministro de Salud es de por sí una señal.
Se trata de dar continuidad y no modificar por completo la acción de combate a la pandemia, aunque haya medidas correctivas. El primer problema que se presenta es el suministro de vacunas.
Italia seguirá actuando en conjunto con la Unión Europea para la adquisición. Sobre esto no hay dudas y por lo tanto no se recorrerá ningún camino alternativo, a partir del que lleva a la vacuna rusa Sputnik o a la china, al menos hasta que sean aprobadas por la
Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y no se definan acuerdos a nivel UE.
En los coloquios con los distintos partidos políticos, Draghi informó que se esperan «en breve, noticias positivas» de la UE, en lo referente a la firma de contratos con empresas productoras de fármacos.
Bruselas está negociando para tener más dosis y para reconvertir varias plantas en la UE, incluida Italia, para la producción de vacunas.
La operación, si llegara a buen puerto, de todos modos demandará varios meses.
Por lo tanto, en lo inmediato, el objetivo es tener más vacunas para que despegue la campaña masiva de inmunización.
«Se está trabajando para que en el momento en que lleguen de manera masiva el sistema pueda funcionar de la mejor manera», subrayaron fuentes del gobierno.
Ya la semana próxima Draghi podría tener una serie de reuniones con las estructuras técnicas del gobierno, comenzando por el Comisario para la Emergencia, Domenico Arcuri.
Sin embargo, ya se había fijado un objetivo importante: vacunar a partir de marzo a unas 500 mil personas por día; 6 millones por mes y 48 millones para fines de octubre de este año.
Para alcanzarlo, el ministerio apunta a alcanzar un acuerdo con los médicos de familia y los pediatras independientes, para contar con unos 70 mil vacunadores.
Si cada uno de ellos realizara cinco aplicaciones por día, sumarían 350 mil, a las que deberían agregarse las alrededor de 120 mil que se seguirían realizando en los hospitales públicos y en centros de vacunación regionales.
La otra cara de la lucha contra la pandemia estuvo representada hasta el momento por los Decretos del Presidente del Consejo de Ministros (DPCM), con los cuales se decidieron las prohibiciones que, a menudo, provocaron enfrentamientos con las regiones, al punto de llegar a los tribunales regionales.
Es una incógnita si Draghi seguirá este camino. Las primeras medidas parecen indicar la voluntad de mantener la línea de máximo rigor, teniendo en cuenta que el último acto de su antecesor Giuseppe Conte, la prórroga de la prohibición de traslados hasta el 25 de febrero, fue acordado con el premier.
Esa vía parece ratificada también por lo dispuesto por el ministro de Salud, que firmó la nueva ordenanza que prolonga la prohibición de ingreso a Italia a quienes provengan de Brasil e impone hisopado y cuarentena obligatoria para quienes hayan viajado a Austria.
«La propagación de las cepas del Covid-19 nos imponen la máxima prudencia», sostuvo Speranza. Las nuevas medidas deberán decidirse la próxima semana, en vista de la fecha límite del 25 de febrero, pero la fecha más probable para una revisión orgánica de las medidas es el 5 de marzo, cuando vencerá el DPCM.
Las Regiones, que más de una vez actuaron por su cuenta, presionan y piden la reapertura de restaurantes por la noche, la de gimnasios, piscinas, cines y teatros, mientras Speranza y los técnicos los frenan.
Será Draghi quien tome la decisión, partiendo sin embargo de otro punto fijo: si las cepas se difunden como en otros países de la Unión Europea, la única solución es el confinamiento. Y nadie lo quiere. (ANSA).














