(ANSA) – TEL AVIV, 14 MAG – Tropas israelíes entraron a Gaza esta noche en un ataque terrestre contra las posiciones de Hamas, blanco en los últimos días de fuertes ataques aéreos tras la lluvia de cohetes lanzados hacia el estado judío, informó el Ejército pero luego se corrigiño.
El portavoz militar israelí Jonathan Conricus informó -contrariamente a lo que comunicó en un principio- que «actualmente no hay tropas terrestres dentro de la Franja de Gaza». «Unidades de aviación y terrestres están llevando a cabo ataques contra objetivos en la Franja», agregó Conricus, que habló de «un problema de comunicación interna». Todos los sitios de noticias del mundo, desde el New York Times hasta The Guardian, abrieron sus portadas con el anuncio del inicio de las operaciones terrestres israelíes en Gaza.
«Dije que haríamos que Hamás pagara un precio muy alto. Hacemos esto y seguiremos haciéndolo con gran intensidad. No se ha dicho la última palabra y esta operación continuará durante el tiempo que sea necesario», escribió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un mensaje publicado en Twitter luego de que el ejército anunciara el inicio de las operaciones terrestres, acompañado de nuevas redadas aéreas.
El portavoz militar Conricus precisó inicialmente que los soldados entraron por el norte de la Franja, sin dar detalles sobre la cantidad de fuerzas que participan en el enclave palestino. Luego lo negó.
Sin embargo, las fuerzas israelíes han ordenado a cualquier persona que se encuentre en territorio israelí dentro de un radio de 4 km de la frontera que ingrese en un refugio y permanezca allí «hasta nuevo aviso».
Ante una nueva escalada del conflicto, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado para el domingo.
Durante todo el día de ayer, Israel había continuado acumulando tropas en la frontera con la Franja y llamando a reservistas, lo que hizo presagiar una operación terrestre, invocada varias veces por el mismo ejército.
La guerra con Hamas, mientras continúan ataques aéreos y el lanzamiento de cohetes contra Tel Aviv y cerca de los aeropuertos israelíes, se encamina hacia una confrontación directa en el terreno después de haber sido agravada ayer por la noche por otro drama: una familia entera, incluidos cuatro niños y una madre embarazada, fue asesinada en un fuerte bombardeo israelí en la zona de Sheikh Zayed en el norte de Gaza, que dejó al menos 11 muertos y 50 heridos, según la reconstrucción de la agencia palestina de noticias Wafa.
En el quinto día de conflicto, las posibilidades de un alto el fuego inminente parecen disminuidas. La comunidad internacional, a pesar de los llamamientos a la reducción de la tensión y algunos tímidos intentos de mediación, parece estar mirando impotente.
Y la grave situación que Israel enfrenta internamente, con la incesante violencia entre judíos y árabes, no ha servido de disuasión para la operación terrestre: un segundo frente inesperado y un presagio de desarrollos devastadores.
Hasta el momento, unos 1.600 cohetes, incluidos algunos de nueva generación, han llovido sobre Israel desde la Franja, acompañados de la novedad de los drones explosivos. La fuerza aérea judía respondió con cientos de ataques, principalmente contra la cadena de mando e inteligencia de Hamas y la Yihad y contra lanzadores de misiles antitanques.
En particular, se apuntó a la estructura de operaciones de Hamas, con «decenas de terroristas operativos».
Un edificio, explicó el ejército israelí, que servía como comando principal de su red de vigilancia fue centro del ataque.
El número de muertes, según el Ministerio de Salud de Gaza, ha aumentado a más de 100 (incluidos 27 niños), con más de 500 heridos.
Hamas, señalaron los expertos, está mostrando una capacidad creciente e innovadora para disparar, utilizando entre otras elementos, como reveló Abu Obeida, portavoz de las Brigadas al-Qassam, el ala militar de la organización, los nuevos cohetes llamados Ayash250, que tendría un alcance de 250 kilómetros.
Estos fueron los que se lanzaron hacia el Aeropuerto Internacional Ramon, al norte de Eilat, y bastante lejos de la Franja. Amenaza que ha llevado a las principales aerolíneas europeas y estadounidenses a suspender los vuelos al aeropuerto Ben Gurion al menos hasta el sábado.
Pero lo que preocupa a la dirigencia israelí es también, o quizás sobre todo, la violencia que durante días, a partir de los enfrentamientos en Jerusalén, ha estado inflamando ciudades mixtas con una auténtica persecución entre judíos y árabes e intentos de linchamiento por parte de ambos bandos.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, ordenó entonces «un refuerzo masivo» de la fuerza policial en un intento de enfriar los «ataques contra civiles judíos y árabes».
«Estamos en estado de emergencia», dijo Gantz, quien ha ordenado el refuerzo de 10 batallones de la policía fronteriza.
«Ningún soldado -precisó sin embargo- estará involucrado en estas actividades, dado que no forman parte de la misión del ejército».
Una política no compartida por el primer ministro Netanyahu, quien, en cambio, anunció que para sofocar los disturbios, Israel podría «recurrir a arrestos administrativos (es decir, no validados por un juez, NDR) recurriendo también a soldados, como de hecho también ocurre en otros países», dijo.
El hecho es que los disturbios continúan extendiéndose de sur a norte: de Bat Yam a Haifa, de Tiberíades al Negev en las afueras de Tel Aviv, hasta Acco (San Juan de Acre), donde se inició el fuego en los últimos días. (ANSA).