En el corazón de las extensas sabanas africanas habita una de las maravillas más raras de la naturaleza: el serval negro.
Nacido con una mutación genética llamada melanismo, este felino posee una cantidad de pigmento mayor de lo habitual, lo que le otorga un pelaje de un negro profundo y aterciopelado.
Mientras que la mayoría de los servales lucen un color dorado con manchas oscuras, la belleza del serval negro radica en su misterio. Es tan inusual que solo unos pocos ejemplares han sido vistos en libertad.
Sus largas patas, grandes orejas y movimientos elegantes permanecen iguales; solo ha cambiado su color. Esta apariencia de felino sombrío lo convierte en uno de los tesoros más singulares de África.
Créditos de las fotos:Wildlife of Kenya















